- No llenarnos de información todo el tiempo. Tratar de ir a fuentes oficiales y palabras autorizadas (de organismos de gobierno, doctores); y no estar expuestos a lo que brinda la televisión, radio o Internet las 24hs del día.
- Tratar de racionalizar todas las acciones que vayamos a emprender. Estamos frente a un virus y conocemos medidas de higiene y prevención que ya ponemos en práctica desde hace mucho seguramente. Para atravesar este tipo de situación
actual, conviene más actuar conforme a la razón que a la imaginación o fantasía. - Planificar día por día. Si bien hay en vigencia medidas que van a perdurar unos cuantos días más (y es probable surjan nuevas) pensar lo que vamos a hacer de ‘un día a la vez’. Esto nos va a ayudar a bajar la ansiedad y sentirnos menos inquietos o
irritables. - Inteligencia y creatividad. Para cuando podamos estar en casa, seguramente hay muchísimas tareas que podemos realizar para mejorar el lugar donde habitamos, nuestro orden, para entretenernos y acompañarnos.
PARA SEGUIR CUIDÁNDONOS…
Es probable que a nuestros jóvenes les cueste terminar de entender y dimensionar varios de los aspectos de esta enfermedad nueva con la que nos estamos encontrando todos. Hay algunas cosas que podemos tener en cuenta para protegerlos emocionalmente y no contribuir a aumentar cierta inquietud o ansiedad.
● Tratemos de evitar la exposición de los jóvenes a las numerosas noticias que hoy están circulando por la TV, radio o las redes sociales virtuales. Esto puede dispararles numerosos miedos. Apaguemos la TV, dejemos de lado los celulares por un tiempo considerable del día.
● Si hay decisiones en la casa sobre cuestiones a implementar en estos días
donde no es necesario la presencia u opinión de nuestros jóvenes,
resguardarlos de las mismas. Tratar de desarrollar estas conversaciones, lejos de su alcance. Que escuchen este tipo de diálogos, puede llevarlos a entender situaciones desde una lógica que no es la nuestra, y que desarrollen pensamientos erróneos que muchas veces no comparten con los adultos -se los guardan para sí mismos-, pero tienen su impacto subjetivo.
● Disponer de tiempo para resolver las preguntas, dudas de los jóvenes respecto de esta nueva situación sanitaria en la que nos encontramos y sobre las nuevas rutinas que en lo cotidiano estamos poniendo en práctica. Que sea con palabras que puedan entender y sin mentirles. Si frente a alguna inquietud no tenemos la respuesta, hacerles saber; pero también recordándoles que están junto a ellos para vivir estos días de emergencia. En Internet puede haber recursos para ayudarnos a transmitir y despejar algunas dudas (videos, historietas, guías para padres) y también podemos contar con la asistencia aunque sea virtual o por teléfono de los profesionales que acompañamos día a día el desarrollo, educación y
bienestar de los jóvenes.